El asalto a Delfos En el año 279 a. C., algunas tribus de aquellos galos (o celtas) se dirigieron desde más allá de los Alpes hacia Provenza y la península Itálica; un tercer grupo llegó hasta Grecia y en Delfos amenazaron con destruir el santuario de Apolo. Pero aquel ataque fue un fracaso y no precisamente por la acción del contingente humano, sino por la ayuda del dios Apolo que invocó a la Naturaleza, que se puso de parte de los griegos, según cuenta el historiador y geógrafo griego del siglo II, Pausanias. Al parecer hubo un gran terremoto, tormenta con rayos y truenos, noches con heladas y nevadas y desprendimiento de rocas de las montañas cercanas. Breno, el jefe de los gálatas resultó gravemente herido y adelantó su muerte bebiendo “una gran cantidad de vino puro”, según palabras del historiador. Hay que tener en cuenta que en esta época el vino se bebía diluido en agua, de ahí que el hecho llamara la atención del escritor. También describe la valentía y la bravura de aquellas gentes.
La llegada a Asia Menor
Aquellos galos derrotados y rechazados iniciaron su camino hacia el norte y el noreste y se fueron desperdigando al llegar a Asia Menor. Por entonces reinaba en Pérgamo el rey Eumenes I, que les rechazó ayudado por su gran ejército de mercenarios. Poco después llegaron nuevos destacamentos desde las selvas de Germania y volvieron a atacar, pero de nuevo fueron repelidos en Pérgamo y en las grandes ciudades de la costa de Asia Menor, por el sucesor de Eumenes, el rey Átalo I. Los historiadores piensan que estos rechazos fueron beneficiosos para la trayectoria de la cultura helenística, que quizás de otro modo se habría truncado.
Después de estas derrotas, los grupos de galos se desperdigaron por otros lugares de la Anatolia y se fueron asentando en las cuencas de los actuales ríos Kizil Irmak y Delice Irmak. Allí crearon una región propia que se llegó a llamar Galacia, cuya capital fue Ancyra (Ankara). Desde allí se fueron adueñando de las poblaciones de la costa egea.
Provincia romana
A partir del 189 a. C. esta región junto con otras adyacentes fue gobernada directamente por Roma, hasta que en el 25 a. C. se convirtió en provincia romana con el nombre de Galatia.
En el siglo I, esta zona fue visitada por San Pablo, quien entregó una epístola a sus habitantes, los gálatas, en las distintas iglesias cristianas que ya existían. En el siglo XI Galacia cayó en poder de los selyúcidas.
Los galos o gálatas en Estambul
En esta ciudad existe (siglo XXI) un barrio que se llama Gálata. Es una colina que se halla rodeada de calles sinuosas, con casas de estilo occidental. En este lugar se fueron instalando en el siglo XX los distintos inmigrantes que llegaban para hacer fortuna.
La torre de Gálata es una fortificación que formaba parte de un conjunto que construyeron los genoveses en el antiguo barrio de Gálata, en el año 1348. Era un momento en que las relaciones que tenían con Constantinopla (antiguo nombre de Estambul) no eran muy buenas y además se veían constantemente amenazados por los venecianos, que fueron desde siempre sus rivales. |