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  De Wikipedia, la enciclopedia libre  
 

La Batalla de Bibracte se libró el año 58 a. C. en el marco de la Guerra de las Galias que enfrentó a las tropas romanas comandadas por Julio César y a una confederación de tribus celtas formada por los helvecios, los boyos y los tulingios, y liderada por el helvecio Bodiorix. Constituye el segundo enfrentamiento bélico de mayor categoría registrado durante el conflicto.

Antecedentes

César, tras perseguir y derrotar la migración de los helvecios, se desplazó hasta Bibracte a fin de obtener los suministros prometidos por sus aliados eduos.

Los helvecios se valieron de este traslado de tropas y atacaron a César. A pesar de la presencia de los aliados galos, la batalla, iniciada por la noche, finalizó con una victoria romana.

Parte de la Guerra de las Galias  
 
Fecha 20 de junio de 58 a. C.
Lugar Bibracte (en la actual Francia)
Resultado

Victoria decisiva romana

 
  Beligerantes  
 
República de Roma
Helvecios
Boyos
Tulingios
 
  Comandantes  
 
Cayo Julio César Divicón
Bodiorix
 
  Fuerzas en combate  
 
30.000 legionarios
8.000 auxiliares
4.000 jinetes galos
Total: 42.000 hombres
Helvecios:
• 50–92.000 según César
• 100.000 según Tácito
• 230.000 según Dión Casio
Total: 350–400.000 personas, en su mayoría no combatientes.
Aliados:
15.000 boyos y turingios
6.000 jinetes eduos
 
  Bajas  
 
≈ 400–5.000 muertos y heridos, según la fuente ≈ 80–260.000 muertos y prisioneros, según la fuente
 
     
 

Los helvecios eran de 350.000 a 400.000 según César, pero esa cifra se considera hoy exagerada, y se acepta la de Orisio, 25.000 guerreros de una masa de 157.000 personas (47.000 mueren en la batalla).

Tras derrotar a los helvecios en la Galia Transalpina, las seis legiones romanas marcharon hacia Bibracte, situada a unos 30 km de su campamento, con órdenes de recoger suministros y continuar con su campaña destinada a pacificar la frontera norte de la República. En este punto desertaron de las filas romanas unos pocos soldados, que se unieron a los helvecios y les informaron de la maniobra de César.

La batalla

En consecuencia, los helvecios comenzaron a perseguir a las legiones romanas, a las que alcanzaron con facilidad atacando su retaguardia. Acuciado por el tiempo, César dirigió su caballería a retaguardia, se apoderó de una colina y organizó a las legiones VII, VIII, IX y X al modo romano (triplex acies), emplazándolas al pie de dicha colina.

Lejos de la colina se posicionaron las legiones XI y XII, a las que se ordenó defender los suministros, así como exponer el número de hombres que César había traído con él. Los helvecios situaron sus suministros tras sus líneas y, esa tarde, comenzaron su marcha sobre la colina en que se habían desplegado los romanos. Las legiones situadas al pie de la montaña esperaron a los helvecios hasta que se estuvieron a unos diez metros de ellos; tras la espera, los soldados romanos colocaron una barrera formada por sus pila, que rompió el avance enemigo.

Habiendo ralentizado lo suficiente a sus rivales, los romanos sacaron el máximo provecho de su ventajosa posición sobre los helvecios, contra los que cargaron furiosamente. Ambos ejércitos se enfrentaron allí durante un tiempo, hasta que los soldados galos se retiraron a otra colina a través de la llanura en la base del monte, donde César había colocado a una parte de sus tropas. Cuando las legiones se lanzaron en su persecución, llegaron sus aliados boios y tulingios.

César reorganizó la parte posterior de sus cohortes y estableció una nueva línea de combate para hacer frente a los bárbaros recién llegados. Los helvecios continuaron luchando, pero perdieron sus suministros y se vieron obligados a retroceder. En lugar de perseguir al enemigo, los romanos permanecieron en las inmediaciones de Bibracte, porque aún no habían recogido los víveres eduos. César se percató de que sus enemigos habían huido hacia el territorio de los lingones, a cuyos dirigentes envió instrucciones de no asistirles. Unos pocos días después ordenó la persecución de los helvecios, cuyos jefes enviaron representantes a pedir la paz.

 

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